Evaluación: ¿Qué, cómo, para qué? ¿Quién, con qué? y otros tantos interrogantes por resolver...
¡Buenas buenas! Nos encontramos nuevamente después de tanto tiempo. Es una alegría volver a compartir este espacio que tantos aprendizajes nos ha ofrecido y seguramente nos tiene preparados muchos más para este nuevo trayecto.
Vamos al tema que nos convoca en esta oportunidad: La evaluación… ¿Qué evaluar?, ¿Cómo evaluar?, ¿Para qué evaluar? ¿Con qué instrumentos evaluar? ¿Quién ocupa el rol de evaluador? Este es sin dudas un tema complejo, que nos ha problematizado desde siempre y que bueno que así sea, pues nos permite estar alertas y revisar nuestras prácticas evaluativas constantemente sin dar nada por hecho, ajustando y reformulando de forma permanente. Ahora bien, a todas las dudas que ya se nos presentaban antes y que con mucho esfuerzo intentábamos resolver, se le suma una más en medio de este contexto actual de pandemia, que agrega más complejidad sobre el tema: ¿Cómo evaluar en una propuesta enriquecida con TIC? Este es uno de los interrogantes que más me han resonado en este último tiempo.
El hecho de pensar cómo la virtualización de las propuestas nos llevó a repensar nuestras prácticas y poner el foco en qué queremos evaluar más allá de los instrumentos a utilizar. Si nuestras propuestas de evaluación surgen desde un enfoque conductista, se centrarán en la verificación de contenidos y sin dudas al trasladarlas a lo virtual comienzan a surgir los inconvenientes que hemos podido ver en este tiempo: inseguridad respecto a los resultados, trampas de la tecnología que no sabemos cómo evadir, y demás. Por otro lado, si nuestra propuesta se plantea desde un enfoque constructivista, lograremos que la evaluación cumpla con su propósito como instancia de aprendizaje y se centrará en el uso y aplicación de la información en casos concretos, en situaciones reales, lo que nos permite que se supere el nivel meramente conceptual y se pueda conocer cómo accionan los estudiantes a partir de los mismos; podría decirse que se promueve el paso del “saber qué” al “saber cómo”, del “conocimiento” a la “estrategia” o incluso a la “competencia”.
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Gracias Fernanda por compartir tu reflexión y actividad.
ResponderEliminarPronto recibirás mi devolución en la plataforma.
Cariños